Cuando empecé este curso 2024/2025, comencé a abordar un desafío enorme. Conectar a mis alumnos con el entorno que les rodea.
Parecía que vivían en su propio mundo y mi reto era ayudarlos a interactuar cada vez más con objetos y personas.
¿Cómo hacerlo? Me pregunté. 
Sabía que las palabras no bastaban, así que decidí crear cuentos sensoriales en la sala multisensorial. 
Usé luces 
, texturas 
, sonidos 
y aromas 
para transformar cada historia en una experiencia única.Al principio, había indiferencia… pero poco a poco sus manos exploraban las telas suaves, sus pies se aventuraban en las losetas sensoriales, y sus ojos seguían las luces de colores. 
El gran logro: No solo mostraban más interés en las actividades, sino que algunos empezaron a moverse con mayor autonomía, caminando por sí solos en el circuito sensorial y explorando con los diferentes materiales. 
¡Sin duda un pequeño gran paso hacia su independencia!
Cada estímulo abre una puerta al aprendizaje. A veces, la conexión no viene con palabras, sino con sensaciones, experiencias y mucho amor. 
¿Te gustaría probar cuentos sensoriales en casa? Déjame tu duda en comentarios. 
